Fiesta caribeña en San Francisco

Copa Clásico Mundial de Béisbol

República Dominicana contra Puerto Rico, merengue versus salsa, un único idioma, una misma sangre, un mismo concepto y una sempiterna rivalidad por el dominio del Caribe, son los ingredientes que convierten al duelo por el título del III Clásico  en un episodio magnífico. Será el fin de 19 días de ardiente disputa y el principio del reinado del auténtico Campeón Mundial de Béisbol.

Ambos equipos seducen; los dominicanos por ser fieles a un pronóstico y a una filosofía deslumbrante; los puertorriqueños por quebrar augurios y remover los cimientos de una pelota dormida; el primero por su artillería del largo alcance y armas de precisión, el otro por apostar a las emboscadas, a la guerra de guerrillas; los dos por un béisbol fuera del alcance de estrategias pueriles y entregas a medias.

Si la realidad se escribe con la misma tinta del ayer, esta noche tendremos –de nuevo- béisbol y no “gato viejo” y  veremos frente a frente a Tony Peña y Edwin Rodríguez.

Peña respaldado por un “portaaviones”; Rodríguez al frente de un “rompehielos”. El primero consagrado, el segundo por y revalorizar su imagen. Uno tocará  la gloria, ¿el otro?… ¡también!

Veremos un país con una Liga sólida (LIDOM) y sus nativos en pleno apogeo en las Grandes Ligas y  al otro “sumido en un declive marcado en la última década, por menos y menos peloteros” dentro de la Gran Carpa.

Veremos a unos caribeños que impusieron merengue en todos los salones y a otros caribeños que tuvieron que mover los pies al compas de ritmos ajenos para al final triunfar con su salsa y dejar  en el camino al mismísimo bicampeón Japón, a un Estados Unidos arrogante y una Venezuela orgullosa.

Es la tercera vez que dominicanos y puertorriqueños chocan entre sí en este torneo (2-0); pero pase lo que pase hoy, al cabo de los años todos (peloteros, técnicos, fanáticos…) tendrán que mira atrás, regresar al  AT&T Park y evocar – al amparo de gaviotas y brisa salobre- aquella vieja canción que reza I Left My Heart in San Francisco.

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